Cómo es vivir en un barco

Vivir más allá de cuatro paredes

Pau

El silencio se entremezcla con el vaivén de las olas. El graznido de alguna gaviota se cuela en esta banda sonora. Pau saluda a su vecino antes de entrar en casa, como lo haría cualquier otra persona. La diferencia es que estamos en el puerto de Valencia y su casa es un barco.

Cuesta imaginarse que alguien viva en un barco, parece demasiado utópico como para ser verdad. En el imaginario colectivo de la sociedad ‘nuestra casa’ es un edificio con paredes, es lo que está dentro de lo establecido, pero Pau decidió que quería salirse de la norma. “He vivido de todas las formas posibles: con mis padres durante la universidad, durante cinco años estuve viviendo solo en un estudio de 36 metros cuadrados, también he compartido piso unos cuantos años; y al final, debido a la vida que tengo últimamente decidí que, ya que no pasaba mucho tiempo en casa, prefería pasarlo en un sitio que mereciese la pena. Vivir aquí es como vivir en mitad de la huerta, puedes disfrutar de las vistas y la tranquilidad”.

Vivir en el mar

“Vivir aquí es como vivir en mitad de la huerta, puedes disfrutar de las vistas y la tranquilidad”

Vivir en un barco parece una idea alejada de la realidad, del día a día y los quehaceres. Tal vez pienses en esas novelas de trotamundos que surcan los mares. Pero en este caso nada tiene que ver con eso, o tal vez sí. El día a día de Pau no varía mucho del de cualquier persona. Cada mañana se levanta para ir a trabajar y no vuelve hasta la noche. Juan Luis Guerra le acompaña mientras se prepara la cena, lee un poco y se va a dormir. Al día siguiente vuelta a empezar. Sin embargo, vivir en un barco le permite disfrutar de sus dos pasiones: la naturaleza y viajar. “Me di cuenta de que no soy una persona sedentaria, a mí lo que me gusta es viajar al máximo. Entre semana estoy aquí porque tengo que trabajar, pero los fines de semana salgo. Este fin de semana iremos a Castellón, al que viene me iré a Extremadura y a Portugal, el siguiente a Cabo Verde”. Para Pau, vivir en un barco es como si viviera en una casa fija, con la que pueda viajar a cualquier sitio, disfrutar del mar o ver las estrellas en cualquier momento.

No son muchas las personas que consideran la posibilidad de vivir en un barco, para algunos es impensable. Según cuenta Pau, depende de lo que cada uno necesite para vivir y del dinero del que dispongas también. “Para vivir aquí yo no he tenido que renunciar a nada porque nunca he necesitado demasiadas comodidades, con tener una cama me sobra. Yo me compré este barco porque era lo que necesitaba: un baño, una cocina y dos habitaciones por si vienen invitados. Pero si tienes más dinero y no quieres renunciar a nada hay barcos más grandes y nuevos que disponen de todas las comodidades. Por ejemplo, si quieres un gimnasio en casa, pues ten un barco más grande”.

Un barco puede ser una casa
Vivir día a día en un barco

Los puertos ofrecen una gran cantidad de comodidades, por lo que vivir en un barco no supone renunciar a nada. El de Valencia, donde Pau vive, cuenta con wifi, además de duchas con calefacción en la sala, y al estar tan cerca de la ciudad puede ir en bicicleta a comprar. Tener que llevar la ropa a la lavandería es uno de los contras, además del tema del orden. “Al igual que cuando uno vive en una casa de pocos m2. Tienes que acostumbrarte que cuando te quitas la ropa la doblas y cuando comes o cenas tienes que fregar porque sino se acumulan. En un barco tienes que ser muy ordenado, sobre todo navegando, todo tiene que estar en su sitio, no liarte con los cabos”.

Cuando tomas la decisión de vivir en un barco debes aprender para saber hacer de todo. “Tienes que saber carpintería, electricidad, fontanería, chapuzas varias en general, a menos que puedas pagar para que lo arreglen. La gente que vive en un barco suele saber de todo, pero si hay algo que no sabes, te ayudan. Yo tuve un problema un día porque el motor no me arrancaba y el de al lado vino a ayudarme y explicarme qué pasaba. Además, te ayudan no para hacértelo, sino para que tú aprendas para la próxima. Aquí hay que aprender a hacer las cosas porque si se te para el motor en mitad del mar, ¿qué haces?”.

“La gente que vive en un barco suele saber de todo, pero si hay algo que no sabes, te ayudan”

Todo cambia de estar amarrado a navegar, porque es justo cuando comienza la aventura y toca aprender de verdad. “Cuando viajas es como cuando vas de camping, tienes que tener provisiones suficientes, tener los depósitos de agua llenos y e ir revisando el nivel; además tienes que regularte el consumo de agua, porque el agua potable es muy importante. Si viajas y no quieres apurar con el nivel de agua, pues puedes fregar con el agua de mar o incluso cocinar con el agua de mar y así no tienes que gastar sal, pero siempre mitad agua salada y mitad agua dulce. Y así reservas el agua del depósito para la ducha, por ejemplo, y te duchas fuera, porque cuando viajas normalmente se viaja en verano, aunque hay barcos con calentador. Si pones un calentador para ducharte, ya lo tienes”.

Pau no es la única persona que vive en un barco ni el único del puerto, aunque es de los pocos que permanece aquí, pues la gran mayoría van cambiando de ciudad. “Me molaría mogollón estar cambiando de ciudad, pero por mi trabajo no puedo. Yo siempre estoy en ese dilema: trabajar de cualquier cosa mientras viajo o trabajar en algo más constante para pagarme los viajes.Creo que es importante ganarte lo que tú tienes de alguna manera, no entiendo que te guste viajar pero luego vivas de tus padres o de alquileres. Al igual que veo muchas incoherencias en personas que dicen que trabajar está mal, que solo quieren vivir. Es importante que, si tú estás recibiendo de la sociedad: sanidad, alimentos… aportes a la sociedad como puedas. Por eso creo que es importante trabajar y que cuando viajas por el mundo no solo vayas a viajar, sino que aportes algo más”.

cómo es vivir en un barco

La visión que nos han vendido del éxito y de los resultados de estudiar puede convertirse en un lastre a la hora de tomar rumbos distintos, como vivir en un barco o ir cambiando de país. “Depende de si quieres trabajar de lo que has estudiado o no. La sociedad normalmente nos conduce de forma casi obligatoria a trabajar de lo que has estudiado. A veces me planteo, como mucha gente, ¿por qué ahora no me voy a ser camarero a Milán? Y luego me voy a otro sitio y a trabajar de otra cosa, de lo que sea. Yo tengo varios amigos que han dado la vuelta al mundo caminando e iban trabajando cada vez de una cosa, según lo que había. Pero claro, la visión que tenemos de la sociedad es que si no sigues el camino que has estudiado es que vas a ser un don nadie, lo que has estudiado no va a servir”.

“La visión que tenemos de la sociedad es que si no sigues el camino que has estudiado es que vas a ser un don nadie, lo que has estudiado no va a servir”

“El sistema es una cadena de producción, que está pensado para eso. Somos piezas de un engranaje que lo que busca es producir y lo que interesa y lo que tienes que hacer es que como estás especializado en un tema, tienes que dedicarte a ello toda tu vida. Y así no es cómo funciona el ser humano, pero es como funciona el sistema económico, las empresas y el sistema capitalista que tenemos: para ser más productivos, para tener más PIB, porque es lo único que importa a niveles económicos macroscópicos”.

cómo es vivir en un velero
cómo es la vida en un barco

(*) Esta entrevista se realizó una mañana de marzo de 2018. Durante la entrevista pude fotografiar la vida de Pau en su barco. Por un incidente de la vida, todas las fotos se perdieron y las que aparecen en esta historia son de Unsplash.