Vivian Maier y la fotografía social

Vivian Maier

Vivian Maier nació en Nueva York, aunque pasó su infancia entre Francia y Estados Unidos. Tras ser abandonadas por su padre, ella y su madre convivieron una temporada con Jeanne J. Bertrand, una pionera de la fotografía, y de quién se supone que obtuvo su interés por la fotografía.

En 1951, con 25 años, decidió mudarse sola a Nueva York, donde trabajó como niñera para una familia en Southampton, mientras inmortalizaba en su tiempo libre la vida de la ciudad. 

En 1956 se trasladó a Chicago, a una zona cercana al Rogers Park. Allí, la familia para la que trabajaba le permitió tener un pequeño cuarto de baño junto a su habitación, que Maier comenzó a utilizar como cuarto oscuro para revelar algunas de sus fotografías.Cuando los niños crecieron, Maier tuvo que cambiar de familia, abandonando la impresión de sus fotografías. A medida que se mudaba de familia en familia, los carretes por revelar se iban acumulando.

Sus fotografías recogen la vida de Chicago y Nueva York, retratando desde hitos históricos hasta las vidas invisibles de las personas indigentes o los barrios más desfavorecidos. Vivian Maier pasaba desapercibida entre los grupos sociales a los que fotografiaba, captando la cotidianeidad de su día a día. A lo largo de su vida, Maier capturó la realidad social estadounidense en más de 100.000 negativos, de los cuales una gran mayoría se almacenaron en un armario sin poder ser revelados.

A partir de 1990 prácticamente no tuvo trabajo y sus recursos eran escasos. Tres de los niños que había cuidado antes, le pagaron un apartamento y cuidaron de ella. Sin que ellos lo supieran, uno de los armarios de Vivian fue subastado debido a pagos atrasados. En esos armarios estaban los negativos que Maier escondió en secreto durante toda su vida.

En 2007, el cineasta John Maloof compró una caja de negativos en una subasta pensado que podrían ser útiles para ilustrar el libro en el que estaba trabajando. Sin embargo, no les prestó casi atención, y decidió revelar una parte y revenderla en Internet. Allan Sekula, crítico e historiador de fotografía, se puso en contacto con él para pedirle que dejase de dispersar aquel material, claramente valioso. Es a partir de aquel momento cuando Maloof empieza realmente a investigar el archivo de Vivian Maier, a quien no llegó a conocer, porque ella murió 2 días antes de que él lograra saber quién era, el 21 de abril de 2009. Desde ese momento, el cineasta se ha dedicado a sacar a la luz el trabajo de la fotógrafa.