Vivir en el extranjero: lo que nunca nos contaron

Dicen que vivir en el extranjero es una experiencia que te cambia la vida, y, en realidad, es totalmente cierto. Pero no todo es tan bonito como parece y queríamos contártelo. Vivir en el extranjero te cambia la vida, de eso no hay duda. Pero mudarte a otro país no solo implica mejorar un idioma y descubrir otra cultura, también supone enfrentarse a miedos y salir de la zona de confort. De eso sabe mucho mi amiga Bea, quien decidió irse de Au Pair a Inglaterra tras graduarse. 5 meses más tarde me fui yo también. Ella vivía en Londres, yo en Weymouth, un pequeño pueblo al sur de Inglaterra. Cada una de nosotras hemos vivido una experiencia distinta, aunque muy parecida en algunos aspectos.

Queríamos contar nuestra historia, lo que hemos vivido durante esos meses, pero la historia de verdad. No solo contar que hemos aprendido un idioma nuevo, hemos estado en un país diferente o hemos hecho amigos nuevos, sino contar que durante ese proceso a veces hemos tenido miedo, dudas o inseguridad.

Vivir fuera supuso salir de la zona de confort, decir adiós a todo aquello que conocíamos para empezar en un lugar completamente diferente, lo que significaba que tenías la oportunidad de descubrir cosas nuevas, pero también de caminar por lugares que nos eran extraños.

“Aprendes a relativizar. Vas a vivir cosas muy buenas, pero también otras que no lo sean tanto. Así que se trata de no idealizar lo que vas a vivir”.

Cuando nos embarcamos en esta aventura ninguna de las dos podía intuir lo que iba a suponer. Las películas y las fotos de Instagram crean una realidad distorsionada y hacen que vivir fuera parezca algo muy idílico. De eso nos dimos cuenta al llegar, cuando nada es como esperas; porque nadie nos había hablado del miedo, del sentimiento de soledad o la frustración cuando no sabes cómo decir algo. Y entonces crees que solo te ocurre a ti y todo es una mierda.

Mientras grabamos este podcast y recordamos lo vivido, nos damos cuenta de todo lo que hemos conseguido. Tres días después de aterrizar Bea en Londres, se encontraba recorriendo una ciudad desconocida para llevar al niño al colegio. Yo, a veces soy consciente de que, trabajé en otro país rodeada de gente que hablaba otro idioma. Salimos vivas de aquello, pero eso sí, los comienzos no fueron fáciles. Al llegar nos dimos que cuenta que sabíamos mucho menos inglés de lo que pensábamos, pero había que hablar y no había otra.

“Era un trabajo de autoestima. Pensar ‘no hablo tan mal’, y sino ya mejoraré”.

Los comienzos son complicados, pero cuando te das cuenta, tienes una vida en un lugar que hasta hace poco desconocías, estás tratando de hablar un idioma que no dominas y vives cada día como si fuera un viaje. Tal vez ese es el punto clave, cuando eres consciente de todo los miedos que has superado y situaciones a las que has hecho frente. Todo ese aprendizaje lo llevas contigo para siempre.

“Cuando vuelves, todo sigue igual, pero tú no eres la misma”

Mi experiencia viviendo y trabajando en UK

Irse a vivir fuera es una aventura, con su parte buena y mala. Cada persona vive su propia historia, tal vez la tuya no sea igual que la nuestra, ni tan siquiera se parezca un poco, pero queríamos contar de verdad cómo lo hemos vivido nosotras, para que si en algún momento tienes miedo, estás triste o crees que esto no es cómo esperabas, no creas que eres la única persona que se siente así.