Account Manager

Account Manager, Marketing Project Manager… Veo tanto título y me siento minúscula. LinkedIn es la gran cantera de expertos en materias variopintas, muy proactivos y con un alto nivel de asertividad. ¿Y qué pongo yo? ¿de qué soy experta? Ojeo un par de perfiles y siento la imperiosa necesidad de cursar un MBA o cualquier máster de una prestigiosa escuela de negocios para así poder ser alguien en esta vida.

Siento que cada palabra que ponga o quite puede hacer despegar o estrellar mi carrera, como si estuviera midiendo mis pasos en un campo lleno de minas. No soy experta en nada, tampoco sé si quiero serlo. Pienso en ser “manager” en algo y me entran ganas de salir corriendo, como si especializarme en algo significará no poder dedicarme a otra cosa en la vida.

Reflexiono sobre mi carrera laboral. ¿Qué se me da bien? ¿en qué destaco? Sinceramente no sé muy bien qué responder a esto, pero si le doy un giro a la pregunta creo que hay pocas cosas que se me dan mal. No soy la hostia, pero para ir tirando sirve. Nunca he sido un 10, más bien soy un 6 en un par de cosas.

No sé cómo reflejar esto ni tan siquiera sé si hay empresas que busquen un perfil como el mío. Reviso las ofertas de trabajo, porque siempre que entro mato dos pájaros de un tiro, por si acaso hubiera algo mejor. Nada me encaja, yo quiero ser mujer orquesta y hacer cuantas más cosas variopintas, mejor. Me aburre dedicarme únicamente a una cosa, mi cerebro necesita ir saltando de actividad en actividad. Me frustro y cierro la página sin tan siquiera haber actualizado mi descripción.

Han pasado meses desde la última vez que entré en Linkedin, la descripción sigue ahí, anticuada y obsoleta, y yo sin saber qué escribir. Siento que no tenga cabida en este mundo que solo busca gente experta, profesional y perfecta. Seguiré dándome tiempo hasta que se me ocurra algo bueno que escribir.